El día que incendiaron las iglesias
Por Arnaudo José Florencio en su libro “El año que quemaron las iglesias”
PERSONALIDAD DEL AUTOR : José Arnaudo es cristiano católico, ingeniero de profesión que impartía clases de matemáticas en colegios religiosos allá por 1955 donde se desata los hechos lamentables que pasamos a relatar con posterioridad..
INTRODUCCIÓN
C |
orria el año 1955 y Perón desato
una terrible persecución a los lideres católicos que comenzó con la supresión
de la enseñanza religiosa en los liceos y colegios, eliminación de los
subsidios estatales a las escuelas religiosas por parte del Ministerio de
Cultura y Educación, la disolución de la Dirección de Enseñanza Religiosa que dejo a cientos de docentes religiosos sin
trabajo y enardeció a los sacerdotes, que denunciaban estos hechos en los reiterados sermones durante la
liturgia. Por esta razón la policía salió a la cacería de sacerdotes que no
comulgaban el régimen peronista (al mejor estilo de las SS) donde fueron arrestados como el caso del padre Esparza entre tantos otros. Ante la
imposibilidad de denunciar las injusticia del régimen, viendo que los medios
y diarios de la época estaban todos controlados por el peronismo, nace un
panfleto de divulgación y esclarecimiento de la verdad religiosa frente a los
hechos que relatamos que se llamó la VERDAD, un pequeño panfleto que se
distribución clandestinamente que no
superaba las dos hojas tamaño oficio que fue objeto de una terrible persecución
policial que se traducía en arrestos, torturas, decomiso y requisa en las interminables
redadas del régimen autoritario.
Luego los discursos oficialistas que fueron encendiendo las "pasiones" motivando la creación de grupos que atacaron y destruyeron varias iglesias incluyendo la Catedral metropolitana. En la imagen tapa del libro se observa a la virgen destruida y quemada por actos vandálicos del que fueron víctimas los templos católicos cometidos por fanáticos del régimen.
TRAMA PRINCIPAL
EL ATAQUE A LA CATEDRAL
El Domingo 12 de Junio, siendo las 14:30 hs el teléfono suena y era
Marcelo Cárdenas un amigo, ya ha
comenzado oficialmente la persecución
religiosa en Argentina, además sigue me
llamo Florencio y me dice que hay un gentío al frente de la Iglesia Catedral,
tendremos que ir a defenderla porque están por atacar. Después de dudar un
tiempo decide llamar a padre Mackinnon , deseaba confirmar la información que
me trajo Cárdenas, me atendió
personalmente – Escúcheme padre me cuentan que están asaltando la iglesia Catedral
¿ Es cierto? ¿Qué se puede hacer?
-
i Epá espere que averiguo y llama un rato mas tarde!
- Al rato me llama y me dice que alarmista no pasa nada y eso fue todo. Luego suena el teléfono y era el ingeniero colega Isidoro Lafuente Anso y me dice -¡ Armando me acaban de comentar que están encendiendo la Catedral!Al que respondo frente a opiniones encontradas, lo mejor mejor será que vayamos a ver …
Y me responde bueno vayamos de todos modos, y si no pasa nada tomemos un poco de sol. Me despedi con un hasta luego de la casa de mis padres y me fui hasta la estación con rumbo a la Plaza de Mayo. Al llegar a la estación central tuve la impresión de que nada pasaba pero al subir, pero al subir la la superficie siendo las 15 hs, y no pasaba nada luego un amigo me dice dicen que se viene una multitud peronista desde Congreso, y al rato llego un grupo de no más de 10 malebos de los suburbios todo conducidos por un morocho que en su mano traía la página de un diario que decía Traición, otros levantaban pancartas con la cara de Eva Perón, uno más atrás agitaba una bandera Argentina gritando ii Traidores que la vengan a quemar ahora!! Eran pocos y no había ningún trabajador entre ellos aparentemente eso se veía.
Cuando el
reducido numero de manifestantes ingreso a la plaza se le unieron varios
peronistas que circulaban y el grupo iba creciendo.
El grupo de
católicos que estábamos al frente de la Catedral era mucho mas numeroso que la
tuba amenazante pero teníamos un grave problema, eramos hombres de fé y muy
pacíficos cuando ellos no, atrás un prelado monseñor Tato no dice nadie haga
nada, no respondan agresiones solo si nos atacan nos debemos defender.
Al día
siguiente los diario fieles al régimen publicaron “ Un grupo de católicos
agredió frente a la Catedral a unos
manifestantes que marchaba en desagravio a la enseñanza nacional”
Volviendo a
la escena del día, un grupo de manifestantes se coloco frente a nosotros gritando:
-i
Clericales! ¡Chupacirios! ¡Oligarcas! ¡Traidores! ¡Vende patrias! ( la clásica
consigna de los deforestados mentales de
ayer, hoy y de siempre)
De pronto
otro que estaba a mi lado me dice “mira aquellos que tienen impermeable tienen
la manos en los bolsillos, es casi seguro que ahí tienen su armas”, gente así con
la mano en los bolsillos había varios
allí ..
Del grupo
que nos insultaban se desprendieron tres que debían ser lo líderes de la turba
embravecida y nos grita “ ¡¡Fariseos hipócritas, los vamos a quitar de los
templos a latigazos!!”
Ante toda
esa provocación nosotros seguíamos inmóviles si hacer nada. Al rato escucho un quejido
un muchacho rubio que cayó son la boca ensangrentada, le había arrojado un ladrillo
y le había roto varios dientes, en ese momento mire a los agresores que de una
bolsa sacaban retos de ladrillo y palos
que trajeron de una obra en construcción a la vuelta. Los
ladrillazos comenzaron y nuevamente un joven alto cayó de espaldas llevándose
la mano en la cabeza. La misa que se llevaba había terminada y nuestra tarea en
defender la feligresía estaba cumplida.
LA DEFENSA DE LA CATEDRAL
De la turba embravecida por el odio que destilaba el discurso peronista, se escucho al unísono “ ¡Adentro todos adentro!”
Arrastrando
a los heridos de las apedreadas del odio que ya se contaban como diez, nos
separamos para evitar ser blancos fáciles como estaba ocurriendo, ingresamos y
cerramos la puerta y uno costo cerrar porque un pestillo no trababa, al rato
empuja la turba e ingresa a la catedral, en ese mismo momento afuera se
escuchan dos disparos de arma de fuego.
Un joven
manifestante con anteojos de vidrios gruesos forcejeaba la puerta ya que logro
entrar medio cuerpo mientras intentábamos cerrar la puerta, para que salga lo
golpee logrando romper el vidrio de su anteojo sin intención, mas disparos se
escuchan de afuera, a ese muchacho lo llevamos con los demás herido a la
sacristía para darle primeros auxilios. Ingresaron un grupo y rompieron los
bancos, el padre Méndez al ver los destrozos sube al púlpito y dice “señores un
poco de calma …”
Nos
dividimos en grupos y nos fuimos a la Curia donde realmente atacaron con más
fuerza, que luego de una escaramuza con los nuestros los vándalos se retiraron, luego permanecimos hasta las 22 hs cuando aparece la policía con orden
judicial para encarcelarnos a todos, y asi fuimos llevado a la alcaldía donde nos tomaron declaración, el
interrogatorio estaba orientado solamente a juntar testimonio que pudieran
culpar a Monseñor Tato y otros prelados con cargos más importantes.
Sigue
diciendo el autor “por suerte nos soltaron rápido, ya que en esos día podrían habernos
encerrados por días y hasta meses según los caprichos de Perón”
Además agrega “algo había en le aire y lo percibió el dictador (Perón) , algo había en el animo de la población civil y en los militares”. Ese asi que al día siguiente a las 21 hs nos dejaron en libertad.
IDEAS PARA ENTENDER EL CONTEXTO HISTÓRICO
LOS BENEFICIOS QUE RECIBÍAN LOS OFICIALES DEL EJERCITO ADICTO AL
PERONISMO
En aquellos días se discutía la
paciencia y tolerancia del ejército con el peronismo y sus prácticas, y eso
estaba fundado en los beneficios otorgados por Perón a los oficiales del ejército. Entre muchas cosas más, podían comprar autos Mercedes Benz a precios subsidiados a diferencia del resto
de la población que tenía que pagar
impuestos. Está visto que los oficiales y generales tampoco se transportaban
en el auto nacional y popular tan
recordado como el “Justicialista”.
TÁCTICAS DEL PERONISMO PARA ENSUCIAR A LOS OPOSITORES
Muchos militantes se disfrazaban de
curas citaban prostitutas y se hacían conducir a hoteles y posadas de mala
muerte para hacer correr la mala fama de
los sacerdotes católicos. Muchos casos llegaban a los medios como diarios que publicaban
los casos. Al principio esto fue tomado como motivo de gracia frente a la
autoridad religiosa. Esto fue relatado por un
taxista al autor del libro protagonista en primera persona de los hechos
que aquí se relatan.
INSULTOS Y PROCLAMAS ANTIRRELIGIOSAS FUERA DE LOS TEMPLOS CATÓLICOS
Por lo general se agrupaban militantes
algunos trajeados otros solo con camisas, eran transportados en camiones donde
gritaban improperios junto a pancartas que decían “haga patria mate un cura”, “Vamos a terminar
con los cuervos sotanudos “ entre otros, buscando constantemente la
confrontación con la comunidad religiosa que soportaba estoicamente estos
ataques. Estos grupos eran organizados por cabecillas de algunos sindicatos para
congraciarse con Perón.
CONCLUSIÓN
Vemos que muchas de estas metodologías de persecución y ataque del que muchos hemos cuestionado a la Revolución Libertadora ya eran utilizadas por el "democrático gobierno del pueblo", que perseguía a todos aquellos que criticaban o no comulgaban sus ideales. Aquí vemos a una iglesia crítica que no acató la obediencia debida impuesta por la doctrina justicialista, causante de una enemistad que terminó con la persecución por medio de la policía la destrucción y vandalismo por medio de los colectivos de barbarie organizados y planificados extraoficialmente por algunos gremios que no eran reconocidos ni oficializados por el gobierno, pero que tenían toda su complacencia a medida que crecían sus ataques. Es así como ocurrió la quema de las iglesias. En este caso en que relata su propia experiencia personal no paso a mayores y solo tuvo que lamentar unos cuantos bancos rotos, sirios, e vidrio rotos por la pedrada y algunos heridos no así los destrozos que ocurrieron en otros lugares. Recomiendo la lectura del libro donde el autor cuenta sus peripecias y los pormenores al sumarse a esa revolución civil que se levanto contra el totalitarismo avasallante que después de mucho fue apoyado por los militares.
Las Iglesias NO FUERON quemadas por los comunistas, como afirma el peronismo para liberar a Perón de sus responsabilidades, sino por hordas clandestinas que como ya hemos dicho respondían a a Perón y que tenían toda su complacencia para realizar cualquier acto de barbarie, que van desde quema de iglesia, saqueos y bloqueos de negocios entre otras actividades encomendadas por manos ocultas vinculadas a los sindicatos oficiales y ministros desde el interior del gobierno, como mas adelante se oficializaron a través de la triple AAA, una organización terrorista del estado comandada por el peronismo en la década del 70s.
Recordemos que de manera similar el justicialismo avanzo contra los universitarios en una época donde las alpargatas y los libros constituían una mezcla heterogénea, ya que uno representaba la barbarie y el fanatismo enfermo militante y el otro la superación, la ilustración, mesura pero por sobre todo la tolerancia y el desprecio hacia los regímenes autocráticos y autoritarios que se pretendía instalar en el país..
Bibliografía
Arnaudo, J. F. (2005). El año en que quemaron las
Iglesias. Bs As: Histórica.
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